Etapa I: de Redecilla del Camino a Villafranca Montes de Oca

Etapa I: de Redecilla del Camino a Villafranca Montes de Oca

Localidad: Villafranca Montes de Oca Desde Santo Domingo de la Calzada, la última localidad riojana del Camino de Santiago, se llega a Redecilla del Camino, el primer municipio de la ruta jacobea a su paso por Castilla y León. Desde aquí, en la provincia de Burgos, se inaugura lo que será un recorrido de unos 450 kilómetros por el territorio de esta región, hasta que la senda abandone las tierras de la Comunidad por La Laguna de Castilla, en la provincia de León. Redecilla del Camino, en la provincia de Burgos, marca el incio de la ruta jacobea en Castilla y León. Un municipio desde el que se emprenden los 450 kilómetros del Camino de Santiago que atraviesan tres provincias de la región: Burgos, Palencia y León. Del conjunto monumental de Redecilla del Camino sobresale su iglesia parroquial, que guarda una de las joyas de la ruta: la pila bautismal románica del siglo XI. La villa conserva una importante calle mayor por la que discurre la senda de los peregrinos y tiene un edificio que hoy sustituye al que fuera hospital de peregrinos, San Lázaro. En Castildelgado, Alfonso VII fundó un hospital de caminantes. Su actual nombre se debe a su hijo ilustre, Francisco Delgado, obispo de Lugo y Jaén, enterrado en la iglesia parroquial. Las fuentes, constantes en todo el trazado jacobeo, tienen en esta localidad un singular ejemplo en la plaza. Después, el caminante entra en Viloria de Rioja, localidad burgalesa, patria de Santo Domingo de la Calzada, que conserva la pila bautismal donde fue bautizado. A continuación está Villamayor del Río, un pequeño pueblo situado cerca de un riachuelo, a cinco kilómetros de la localidad de Castildelgado, y que es paso obligado en dirección a Belorado. El Belfuratus de Aymeric Picaud Belfuratus es el nombre con el que Aymeric Picaud describe a Belorado refiriéndose, posiblemente, a la relación con las cuevas que horadaban el monte, sobre cuya cima hoy se contemplan las ruinas del castillo. Es una villa histórica y monumental que conserva la iglesia parroquial de Santa María, del siglo XVI, con un imponente retablo renacentista cuyos motivos aluden a Santiago Matamoros. Merece la pena visitar la iglesia de San Pedro, del siglo XVII y la ermita de Nuestra Señora de Belén, que fue antiguo hospital. La villa mantiene la estructura de una población que en su día ostentó el título de cabecera de partido judicial de enorme importancia. Aún permanecen en pie numerosas iglesias y los restos del castillo en lo alto de un cerro. Aunque, quizá, uno de sus rincones más significativos sea la Plaza Mayor, adornada con soportales y casas blasonadas. El peregrino continúa camino hasta Tosantos. A su paso por esta localidad se contempla, sobre un pequeño promontorio, la ermita rupestre de la Virgen de la Peña, perfectamente visible desde la carretera. A continuación, aparece Espinosa del Camino, localidad en la que sobresale la iglesia parroquial de la Asunción, con una talla de Cristo Crucificado. Uno de los puntos más singulares La primera etapa termina en Villafranca Montes de Oca, singular enclave del Camino. Pero antes de llegar, a medio kilómetro aproximadamente, y en la vera del camino, todavía se mantiene en pie el ábside de San Felices, una pequeña capilla, resto de un viejo monasterio mozárabe donde, según cuenta la tradición, fue enterrado el Conde Diego Rodríguez Porcelos, fundador de la ciudad de Burgos. La ermita de Valdefuentes es otro de los templos que se encuentra el peregrino. Próxima a la carretera, se levanta sobre los vestigios de un monasterio y hospital, en cuyas inmediaciones se alza la Fuente del Carnero. En Villafranca Montes de Oca está la iglesia de Santiago Apóstol, del siglo XVIII y la ermita de Nuestra Señora de la Oca. Conviene no perderse la romería que se celebra siempre el segundo domingo de agosto. Junto a la iglesia de Santiago hay un desvío que conduce al Santuario de San Juan de Ortega. El hospital de San Antonio Abad conserva, en la puerta, la imponente entrada blasonada. El nombre de la localidad, Villafranca Montes de Oca, guarda relación con el símbolo de la pata de oca, utilizado por los canteros. De ahí, que se relacione a estos montes con los constructores medievales. Hay quien sostiene que el popular "juego de la oca" pudiera tener su origen en este entorno por la profusión de puentes y supuestas presencia de anátidas.

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Etapa II: de Villafranca de Montes de Oca a Burgos

Etapa II: de Villafranca de Montes de Oca a Burgos

Localidad: Villafranca Montes de Oca Después de salir de Villafranca Montes de Oca (Burgos), el peregrino atraviesa una gran extensión arbolada y boscosa, un tramo de gran dureza en las inmediaciones del Puerto de la Pedraja. Se encontrará entonces con la villa de San Juan de Ortega. La entrada en San Juan de Ortega se hace a través de los cultivos que rodean el monasterio. La localidad, aunque apartada de las vías de comunicación, tiene una incuestionable importancia como emplazamiento del Camino de Santiago. Aquí se encuentra el Santuario de San Juan de Ortega, famoso por el acontecimiento del rayo de luz, un haz solar que penetra en el templo e ilumina el capitel de la Anunciación tan sólo dos veces al año: en el equinoccio de primavera (21 de marzo) y en el de otoño (22 de septiembre). El templo monacal se construyó entre los siglos XII y XV, y el sepulcro data del XV. Aquí descansan los restos del santo. La capilla, de San Nicolás de Bari, es del XII. Desde San Juan de Ortega hasta la ciudad de Burgos coexisten tres itinerarios alternativos. Todos ellos atraviesan la Sierra de Atapuerca y confluyen en Gamonal, el barrio de entrada a la ciudad burgalesa. Saliendo de San Juan de Ortega se puede optar por el paso por Agés, Atapuerca y los términos municipales de Villalbal, Cardeñuela y Orbaneja, hasta llegar a Villafría. Un tramo con espacios naturales muy bellos. A la salida de Agés, y sobre un arroyo de escaso caudal, se alza un pequeño puente de un solo ojo cuya construcción se atribuye a San Juan de Ortega. Atapuerca, origen de la evolución humana El nombre de Atapuerca traspasa, en los últimos años, todas las fronteras debido a los importantes hallazgos arqueológicos que han arrojado nuevas luces sobre el origen y evolución de la especie humana. Si desde San Juan de Ortega nos dirigimos a Santovenia, el recorrido atravesará Zalduendo, Ibeas de Juarros, localidad afamada por sus legumbres, y San Medel, que preludian la entrada a Burgos capital por la N-120. La ciudad de Burgos acoge a los peregrinos, conscientes de encontrarse en uno de los focos históricos de la Ruta Jacobea. Los "concheiros" suelen entrar por la calle de las Calzadas, donde llegan a la iglesia de San Lesmes, patrón de Burgos. Después de atravesar las puertas de la ciudad antigua, se prosigue por la calle de San Juan, la de los Avellanos y la de Fernán González, hasta llegar al templo catedralicio. La Catedral es el monumento más representativo de la ciudad. Se trata de un edificio gótico que tiene una capilla dedicada a Santiago y en su rico tesoro cuenta con una imagen de gran fervor entre los burgaleses: el Santo Cristo de Burgos. La puerta de Santa María, sobre la que se asienta el rosetón y se alzan las dos poderosas agujas de Juan de Colonia la puerta de la Pellejería, la del Sarmental y la de la Coronería. Antes de abandonar la ciudad, por la puerta de San Martín, los peregrinos pasan por delante del hospital del Rey, que posee una imponente puerta plateresca. Muy cerca de allí está el monasterio de las Huelgas Reales, que atesora un conjunto artístico de gran importancia, con su iglesia monacal y claustro.

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Montes de Oca

Montes de Oca

Localidad: Villafranca Montes de Oca Interesante enclave medioambiental, en la divisoria natural de aguas entre las cuencas del Ebro y del Duero. SituaciónAl este de la Provincia de Burgos. Las poblaciones más importantes de su entorno son Belorado y Villafranca Montes de Oca VegetaciónDehesas de haya y extensas masas de roble rebollo FaunaCorzo, jabalí, nutria, gato montés, zorro y esporádica presencia del loo DescripciónDentro de sus límites se conservan aún extensos bosques autóctonos. El mayor interés paisajístico de la zona reside en el desfiladero de más de 5 km abierto por el río Oca en su camino hacia la comarca de la Bureba y en la dehesa de Puras de Villafranca. Érase una vez, en el lejano país de Nuestra Madre la Oca... Los Montes de oca, cerca de Villafranca (Burgos), hogar de los celtíberos autrigones, primero, y paso de peregrinos jacobeos, después. . Los Montes de Oca, a caballo entre la Cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico, es la cuna donde nace el río Oca, en un barranco próximo al lugar de Villamudria, para, a través del Valle de Oca, correr hacia el norte por la Bureba, hasta desembocar en el padre Ebro. A poco de nacer atraviesa por Villafranca Montes de Oca (Burgos), obligada etapa y albergue en el Camino de Santiago. Este lugar, con el nombre romano de Auca, ya era sagrado muchos siglos antes de que la Ruta se hiciese Jacobea. Estaba en la frontera sur de los pueblos autrigones, celtíberos cuya capital era Burbe –la Virovesca romana y actual Briviesca-, gentes que tenían en esta zona algunos de sus principales santuarios.. El río Oca, donde habitan ninfas con pies de ánade... . Entre los pueblos celtas, la oca era un animal sagrado. Sabemos, por los comentarios de César, que era tabú comer estos animales. Símbolo de alerta y protección, la oca está asociada a las diosas o ninfas de fuentes y ríos, como nexo de unión, mediante el agua, entre la tierra y el cielo. Algunas de estas diosas acuáticas, como Sequana, ninfa del río Sena, se representan “navegando” sobre una oca otras, como la tríada deMatres, Diosas Madre, del manantial de Glanum (Provenza), tienen ocas a sus pies o en el regazo. Estas diosas y ninfas, solas o en forma de trinidad femenina, se asociaban con manantiales terapéuticos muy visitados. A fines del primer milenio a.C. se constata el desarrollo de estos santuarios, relacionados con manantiales salutíferos, y en el s.I a.C. estaban muy extendidos por toda la Europa céltica, desde Germania hasta Hispania. Dichos santuarios poseían características comunes: el templo con la imagen de la divinidad, la fuente medicinal, cisternas para el baño ritual, pozos para la ofrenda de exvotos, hospedería para los peregrinos, la residencia de sacerdotes y personal auxiliar, sin olvidar el estanque con sus ocas sagradas. . La tradición celto-romana, de las ocas sagradas, pervivió en el medievo. Y aún hasta hoy, como demuestran esas aves en el claustro de la catedral de Barcelona. Diapositiva 22 agosto 1990]. . En Burbe –Briviesca- los autrigones tenían un célebre santuario, junto al manantial medicinal, cuya ninfa fue cristianizada luego en la figura de Santa Casilda, “princesa mora” convertida y bautizada. Al igual que allí, en Auca poseyeron otro famoso templo junto a sus manantiales curativos. Templo y fuentes fueron aquí convenientemente sincretizados, por la nueva religión, al sustituir las ninfas oMatrespor la Virgen Madre. Pero no por una virgen cualquiera, sino por Nuestra Señora de Oca. . Ermita de NªSª de Oca, en Villafranca Montes de Oca, edificada sobre un santuario celtíbero dedicado a lasMatresde las fuentes. .Ídem, pórtico y fachada oeste. Cien veces arruinada y otras tantas reconstruida a lo largo de los siglos, porque la sacralidad del lugar así lo pide..Quiere la mitología cristiana, que en Auca se sitúe una de las sedes episcopales más antiguas de Hispania. Pues, afirman, fue su fundador uno de los siete varones apostólicos y discípulo del apóstol Santiago, el bondadoso San Indalecio. Éste habría llegado hasta Auca, hacia el 65, donde predicó la nueva fe, fundó la sede apostólica, arrebató a los autrigones las divinidades de sus antepasados, y sufrió martirio. Dicen que, al arrojar al cercano pozo el cuerpo de Indalecio, no solo rebosó éste, para devolver el cuerpo santo y convertirse en manantial, sino que brotaron al tiempo las Fuentes de Oca junto a la ermita, edificada por el santo para venerar a Nuestra Señora en lugar de las diosas paganas..Fuentes de Oca, en la ermita, junto al lado norte del ábside..Pozo de San Indalecio, al sur de la ermita, donde el santo discípulo de Santiago sufrió martirio... . Lo único cierto es que, en tiempos de Teodorico, hacia el 448, Silvano, obispo de Calahorra, erigió aquí la Diócesis de Auca, sede episcopal visigoda encargada de cristianizar a los autrigones. Para ello se edificó, sobre una villa romana y reutilizando sus materiales, el Monasterio de Santa María de Montes de Oca, que debió tener una regular iglesia -al estilo de la no lejana Quintanilla de las Viñas-, cuyos restos subsisten convertidos en ermita de San Félix de Oca. . En el ábside de la actual ermita, de Nª Sª de Oca, están estratificados los momentos constructivos del templo..También fue visigoda la ermita de San Indalecio, transformada ahora en ermita de Nuestra Señora de Oca, junto a la que brotan los manantiales milagrosos. En éste edificio se puede seguir la historia constructiva del lugar, el muro del ábside muestra en la parte baja hiladas de sillares visigodos, encima otros románicos, sobre ellos algunos góticos y de épocas más modernas. En un contrafuerte, absidal, queda cierta piedra tallada con estrellas y, en la fachada, luce una piedra calada, con ondas, a modo de óculo, acaso también restos visigodos.. Sillar tallado del contrafuerte sur absidal..Hastial oeste, piedra calada usada como óculo, hoy cegado.. Imagen de Nuestra Señora de Oca, s.XIV, en el Templo de Santiago, en Villafranca. Foto prestada de un folleto turístico]..La invasión musulmana, destruye el lugar en 716 y no será hasta 1068 cuando se repueble por francos, de ahí su nuevo nombre: Villafranca Montes de Oca, y se restaure la sede episcopal, -trasladada a Burgos en 1074-. Pasada la época de esplendor jacobeo, y arruinado el Monasterio, la imagen románica de la Virgen de Oca se trasladó a la ermita del santo, varias veces reconstruida, y cambió el nombre del discípulo de Santiago por el de la patrona del Monasterio. Al cabo, Nuestra Señora de Oca se perdió, o deterioró tanto, que hubo de ser sustituida por otra tardo-gótica, s.XIV-XV. La cual, también emigró, y se venera en la Catedral de Burgos. En Villafranca hay una copia en la Iglesia de Santiago y otra moderna en la ermita. ¿Cómo era la imagen original? ¿Se trataba de una Virgen Negra? ¿Acaso tenía una Oca a sus pies? ¿O tenía pies de Oca...?. Claustro de la Catedral de Barcelona, con su bandada de "Ocas sagradas" y el estanque "mágico-milagroso". Aquí se celebra también la pagana fiesta del "huevo que baila", de la que hablaremos en otra ocasión. Diapositiva 22 agosto 1990]..Sin embargo, la magia ancestral, el espíritu sagrado del enclave no se perdió, a pesar del “exilio” de lasMatres. Allá por 1974, cuando hacíamos a pie el Camino de Santiago, los viejos del lugar nos narraron una antigua leyenda. Dicen que, unos mozos imberbes, dieron en solazarse disfrazados de forma tenebrosa, encapuchados, con largas túnicas negras. Así ataviados, se hacían los encontradizos con quienes, al anochecer, acertaban a pasar por el Pozo de San Indalecio. El soto o bosquecillo que bordea el manantial, en esa hora umbría, no podía ser más a propósito para infundir pavor a los viajeros desprevenidos. Luego, en el mesón, ante unos vasos de vino, partidos de la risa, los mozos se ufanaban de sus “hazañas” presumiendo de “graciosos”.. El soto del río Oca, junto al Pozo de San Indalecio, donde sitúan el encuentro entre los mozos bromistas y la bruja. ¿Cuento popular o recuerdo ancestral?.Hasta que, un día no lejano, tuvieron merecido castigo. Cierta tarde, que se afanaban en gastar sus “bromas de pueblo”, vieron llegar al pozo una enlutada mujer. Salieron de entre la arboleda, dando aullidos, saltos, haciendo gestos y visajes. Pero, cosa extraña, la mujer ni se inmutó. Arreciaron ellos en sus pantomimas y, con voz gutural, dirigieron a la “víctima” estas palabras:“-Tiembla mujer, de esta no te escapas, aquí dejarás el alma...”Sin embargo, la mujer de negro, no sólo no se asustó, sino que les preguntó con serenidad:“-Y por qué había de temblar ante vosotros”.“-Porque somos brujas y hemos de arrebatarte por los aires”.Le respondieron a coro, los “graciosos”, un poco amoscados.“-Acabáramos –contestó riendo la dama- entonces sois de los míos, porque yo también soy bruja”.Y diciendo esto se elevó por los aires, para flotar sobre el claro del soto, envuelta en un verdoso resplandor fosforescente. Aunque los “bromistas” no se entretuvieron a contemplarla pues, tirando sus túnicas, no pararon de correr camino del pueblo, mientras a sus espaldas resonaban las risas de la bruja que revoloteaba sobre los chopos. Aquella tarde, los mozos, vieron como sus cabellos encanecieron, hasta quedar como los de ancianos muy ancianos. Pero sobre todo, perdieron para siempre las ganas de gastar bromas pesadas, y nunca más las gastaron, ni aún de las más livianas.¿Un simple cuento rural, cosas de viejas? ¿O el recuerdo, deformado, de las antiguas divinidades célticas que otrora habitaron los manantiales, ahora cristianizados? Quien sabe, creer en ellas no creemos, pero, haberlas, aylas...Dedicado a Cristina Oca, que nos descubrió algunos "misterios" de su pueblo].

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